
Había una vez.....un cocinero que debía preparar una cena especial para Nochebuena.
Había trabajado taaanto los meses anteriores que se encontraba cansado y no le llegaba la inspiración.
Ideaba uno,otro,!muchos menús!,pero....ninguno llegaba a satisfacerle.
Huérfano de ideas,probando muchos más llegó a la víspera de Navidad.Estaba taaaan cansado que le pudo el sueño y se quedó dormido sobre la mesa,rodeado de recetas y de libros de cocina.
En sus sueños se vió convertido en Papá Noel,llevando un abultado saco al hombro y viajando en un trineo,el cual,con un dulce tintineo de campanillas se deslizaba por la nieve.El no sabía su destino,pero intuía que el trineo lo conocía.
¿Sabéis? el trineo no era tirado por renos,se desplazaba por una fuerza invisible.
El trineo se detuvo en un bosque ante una casita de cuya chimenea escapaba un cálido humo blanco.LLamó a la puerta y ésta se abrió !sin que apareciera nadie!....Oh!.
Entró y encontró.....!un salón decorado de Navidad!,detalle que le provocó una hogareña sensación.
En el centro de la estancia,una mesa muuuuy bonita y con velas encendidas esperaba ser cubierta de manjares.Depositó su saco en el suelo y lo abrió,!estaba taaaan cansado! que se sentó en un sillón cómodo junto a la chimenea,ummmm.....!qué agradable calor! y...con manos temblorosas se dispuso a sacar el contenido del saco.
¿Lo primero que apareció? !Una sopera! con.....!una sopa de crema!,levantó la tapadera y una oleada de vapor con un agradable aroma le empañó las gafas.
Después......sacó !un queso al horno con aroma de ajo y vino blanco!y así fue sacando alimentos y los dispuso en una graaan fuente en el centro de la mesa.
En un rincón del salón,vió una mesita auxiliar !muy bonita!estaba dispuesta para acoger a los postres,sobre ella,el cocinero colocó una anguila de mazapán y polvorones.
Muy emocionado,cuando el menú tocaba a su fin comprendió que debía abandonar la acogedora casita para que sus dueños disfrutaran de las exquisitas viandas en la intimidad.
Pensó que aquella exquisita cena se enfriaría si no era consumida rápidamente,pero comprendió que el calor espiritual y material que inundaba todos y cada uno de los rincones de la bonita casa se encargaría de mantenerla a la temperatura adecuada.
Como toque final de su visita ¿sabéis qué hizo? !LLenó los calcetines de la chimenea de polvorones,figuritas de mazapán,turrones,que harían las delicias de los niños y.....de los mayores!.Le despertó el borboteo de un caldo que había dejado en el fuego y aún siendo ya madrugada comprendió que tenía tiempo de ponerse manos a la obra y elaborar un menú igual,igual que el de la casita del bosque.
¿Sabéis una cosa? La fuerza invisible que guiaba el trineo era...! el amor que el cocinero sentía por su trabajo!,él quería mucho a la cocina.
Y colorín,colorado.......
Desde Mar de Niños con mucho cariño para todos los niños que debido a las fotos de nuestros muñequitos bebé visitan este blog.
Muchas mamás nos cuentan en sus e-mails que a las niñas las encanta ver a través de la pantalla del ordenador de sus papás la tienda y que se entretienen viendo las fotos de ellos,de los muñecos,je,je,je.!Me encanta!.
¿Os ha gustado este cuento de Navidad?, ¿Es bonito?,¿Sí?.
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