Muchas veces me pregunto porqué algunos fabricantes de juguetes se empeñan en crear muñecos,etc,con múltiples microchips en su interior para hacer al juguete más sofisticado si está demostrado que a los niños,muchas veces lo que más les divierte es lo más simple.
¿Alguien que fuése niño en los años 70 no recuerda el Saltimbanqui de Dunkin?.
!Eramos felices!,¿cómo? sencíllamente yendo a nuestro quiosco habitual de chuches con un durillo,cinco pesetillas y comprando un sobre que contenía en su interior,un chicle llamado Dunkin,creo que su fabricante era Gallina Blanca,como era niña no lo recuerdo bien,je,je,recuerdo lo que en mi despertaba interés.
El chicle iba acompañado de dos tramos de escalera,los había de varios colores y de un saltimbanqui.
Pienso que en aquellos años no hubo niño que no tuviése más de una escalera y varios saltimbanquis.
Uniendo los tramos podíamos conseguir escaleras muuuyyy laaaargas.Los cambiábamos en el recreo,en el barrio y lo pasábamos genial con un juguete tan sencillo,símplemente viendo como el saltimbanqui en cuestión bajaba desde lo más alto la escalera dando alegres volteretas.
Y unido a ello,teníamos la ocasión de hacer grandes pompas de chicle con excelente sabor,todo ello por un durillo,je,je.
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